
Según nos cuentan, en dicha capilla habían expuesto unos restos sagrados de San Mamés, que estaban supuestamente guardados bajo llave, para que ayudasen al Athletic en la semifinal de copa.

Por el entusiasmo que había puesto el redactor al contárnoslo, nosotros ya nos habíamos imaginado unos restos como dios manda. Algo así como un sarcófago milenario o un arcón tipo el arca de la alianza de Indiana Jones. Demasiadas peliculas.

Larri y yo nos subíamos por las paredes. Finalmente, nos enseñó los restos famosos. Bueno, el resto. Porque se trataba de un huesecito de la cadera del santo, que estábamos hartos de ver y nunca nos habíamos fijado. Y para colmo estaba expuesto todo el año.
"No dejes que la realidad estropee una buena noticia". Siguiendo esta vieja máxima del periodismo grabamos lo poco que había, hicimos un par de entrevistas y salimos de allí como alma que lleva el diablo, nunca mejor dicho.
Al final todos contentos. Los de Cuatro en titulares: "el Athletic recurre a la ayuda divina", el santo y el huesecillo de su cadera salieron por la tele y nosotros logramos sacar petroleo de donde no había.

Tenía este post en mente desde hacía tiempo, pero por alguna razón no me ponía a ello. El angelito de mi hombro derecho me decía que no habíamos actuado del todo correctamente, mientras que el diablillo de mi izquierda consideraba todo esto mentiras piadosas.
Y me pregunto yo, si nosotros hacemos esto, ¿qué no harán otros compañeros con bastantes menos escrúpulos?.
Dios como me alegro de grabar sólo deportes...