13/5/09

El dia de la final

Es curioso. Por más que lo intento no consigo acordarme de la final perdida contra el atlético de Madrid y en cambio recuerdo perfectamente la del Barça, que fue un año antes. Será que de los que pierden no se acuerda nadie.




Yo contaba nueve años en el 84 y a pesar de mi maltrecha memoria tengo un vívido recuerdo de aquella noche, de cómo fuimos todos a casa de mi tia Patro (nombre completo: Patrocinio, tiene tela..) porque era la única que tenía tele en color por aquel entonces.

Me recuerdo bajando a casa ya de noche, con gente gritando desde las ventanas, coches pitando y yo en una nube conmocionado como estaba todavía por lo sucedido. Bullía en mí una mezcla de alegría e indignación por la pelea final, en la que los blaugrana habían ganado claramente. Todavía hoy me subleva ver esas imágenes.





El tiempo ha pasado y ,con motivo de esta nueva final, me ha hecho coincidir con los protagonistas de aquella gesta: Zubizarreta, Dani, Gallego, De la Fuente, Endika, Urkiaga (que era mi ídolo de pequeño, quizá por jugar en el mismo puesto) y Goiko, que fiel a sí mismo, afirmó sin tapujos que la culpa de todo la tuvo Maradona.





Algunos se empeñan en comparar ambas finales y se olvidan de que aquel era un equipo campeón, que venía de ganar dos ligas consecutivas, que se dice pronto. "Era un equipo en el que sabías que el de al lado iba a dar la vida por tí y por el equipo" nos decía Zubi.
Además aquel Barça estaba en horas bajas y éste probablemente sea el mejor de todos los tiempos.

Si esto fuese cualquier otro deporte estaría todo dicho.

Pero el futbol probablemente sea el único deporte en el que un equipo con la filosofía y el potencial del Athletic pueda plantar batalla a un rival de la talla del blaugrana.

No sé lo que ocurrirá esta noche, ni me atrevo a dar un resultado, pero tengo muy claro que los jugadores del Athletic se van a dejar el alma en el envite. Igual resulta que nos expulsan a tres y nos meten cinco, pero esos jugadores se han dado cuenta de que están a un paso de hacer historia y tienen hambre de gloria.


Y yo nunca me fiaría de un leon hambriento...




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperaba que el nombre completo de tu tía fuese Patronor :) jejeje Emocionante post y, auque lo haya leído hoy y ya me sepa el final de sobra, durante un minuto he creído en nuestras posibilidades :P

Jon de CB

JBM dijo...

¿Dejarse el alma? Más bien se dejaron la vergüenza en el autobus. La mayor paliza de una final de la copa del rey de los últimos años. Podrían haber quedado 8-1. ¿ qué te pareció todo lo que redeó al athletic antes, durante y después de la final? Mojateeeeeeeeeee

Campillo dijo...

Si se acepta la filosofía del Athletic hay que aceptar tambien sus limitaciones.

La gente se había hecho sus ilusiones, y eso está bien porque es bonito soñar, pero creo que hay que ser conscientes de dónde estamos.

Para nada me pareció una vergúenza el partido, es más en el minuto 20 los rojiblancos ganaban 1-0 y, lo que es más flipante, superaban en posesión del balón al barça.

Eso demuestra que salieron enchufados. El gol de Toquero no se lo esperaba nadie y menos ellos mismos. Creo que ese gol, paradojicamente, les perjudicó.

No supieron que hacer con el balón y se echaron atras, sorprendidos de ir ganando. Y ahí el partido se acabó.

Creo que a los jugadores no se les puede reprochar nada. Si ese gol no hubiese entrado y el Athletic hubiese seguido mordiendo y presionando arriba, sin dejarles jugar, igual ahora estaríamos hablando de otra cosa. O igual no.

En cuanto a todo lo que ha rodeado al partido a mí me ha parecido algo bonito. Comprendo que al que no le guste el futbol le parezca excesivo. A mí tambien me lo parece.

Personalmente he disfrutado con el ambiente, con la locura que se ha generado. Lo mejor del Athletic es su afición y eso ha quedado claro.

¿Que a la gente se le ha ido la pinza?, pues si ¿y qué?. No veo nada de malo en ello.

Lo que me daba pena es ver a los niños con la camiseta del Barça y del Madrid por la calle, cuando esos clubes no tienen ningún mérito, más que el del dinero.

Igual, con todo este barullo, se ha conseguido que alguno de esos niños se ponga la camiseta rojiblanca y ya no se la quite más.

Entonces, les pondremos la mano en el hombro en señal de aprobación y les sonreiremos pensando: "pobres ingenuos...benditos ingenuos..."