30/8/08

La inmortalidad para el 2029

Se llama Raymond Kurzweil y toma 250 pastillas diarias que, según él, le ayudarán a llegar con vida al 2029, año en el que el ser humano alcanzará la Inmortalidad.





Aunque tenga cara de loco este hombre es uno de los gurús de la tecnología moderna y ya le llaman Cibernostradamus, porque todas sus predicciones se han cumplido hasta ahora. Allá por los 80 predijo la llegada de internet, el uso de armas inteligentes en las guerras y la victoria de una computadora en el campeonato mundial de ajedrez para 1998 (Deep Blue ganó a Kasparov en el 97).


Ha sacado un nuevo libro en el que comenta que el desarrollo tecnológico a partir de ahora va a ser exponencial y esto va a permitir que en el 2030 se pueda escanear el cerebro humano y algo así como descargar toda la información en un soporte no-humano, que nos permitiese vivir unos 1000 años o incluso más. De esta forma, el hombre sería tan solo el principio de la evolución, ya que en el futuro la inteligencia humana y la artificial se unirían en una especie de ciberorganismo y llega a decir que el ser humano tal y como lo conocemos estará en peligro de extinción y será protegido por distintas organizaciones.


Si buscais su nombre en la red vereis que este tio no es ningún colgao (bueno con lo de las pastillas se le va un poco la olla). Yo creo que se ha colado en la prontitud con que dice va a ocurrir todo esto. Tambien en los 70 se creia que en el año 2000 los coches volarían y habríamos conquistado el espacio.

Aún así, para un futuro más lejano no me parece nada descabellado lo que dice. No hay nada que nos preocupe más que la muerte y poder darle esquinazo sería un punto. Al fin y al cabo, se trataría de cambiar a un envoltorio más resistente.

Lo bueno de todo esto es que nosotros no necesitamos empiporrarnos de pastillas para llegar al 2029 más o menos en buen estado (para entoces él tendría 91 años y va a llegar un poco justo), así que no perdemos nada deseándole buena suerte y que se cumplan sus previsiones mejor que las de Nostradamus, que sino vamos arreglados.

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